¿No te quieres divorciar por tus hijos? Hasta dónde es saludable negociar
Muchas creen que quedarse con la pareja por el bien de los hijos es lo mejor, es una práctica bastante común entre madres que temen las consecuencias de un divorcio en la familia. Sin embargo, los expertos aseguran que esto puede hacer más daño que bien. Para aclarar cualquier duda y entender hasta dónde se puede sobrellevar la situación, hemos consultado a la Psicóloga Clínica, Estefani Bonetti, quien nos brinda claridad en este tema tan delicado y confuso.
Bonetti nos explicó: “Como psicóloga clínica, muchas veces veo en consulta el miedo, principalmente en la mujer, de mantenerse en una relación que no funciona por darle un ‘hogar’ a los hijos.” ¿Pero realmente que es más importante: separase por dignidad o quedarse por sacrificio? en lo que vemos más adelante sobre esto, quiero dejarte con lo siguiente: el hogar más seguro de lo niños, es el abrazo de padres estables mental y emocionalmente.
Ahora bien, este dilema puede ser profundamente desgarrador, pero es esencial abordarlo con una perspectiva equilibrada y profesional. Es comprensible que los padres deseen evitar la ruptura familiar para proteger a sus hijos del dolor y la incertidumbre. Sin embargo, es crucial preguntarse: ¿Hasta dónde es saludable negociar en una relación que ha dejado de funcionar? La respuesta no es simple y requiere una reflexión honesta y profunda sobre la dinámica familiar y el bienestar de todos sus miembros.
Mantener una relación conflictiva y tensa puede ser tan perjudicial para los hijos como una separación.
Esteffani Bonetti, Psicóloga Clínica.
Los niños son extremadamente perceptivos y, a menudo, absorben el estrés y la negatividad que se manifiestan en un hogar donde los padres están constantemente en desacuerdo. Es importante recordar que el ambiente emocional en el que crecen influye significativamente en su desarrollo emocional y psicológico.
Negociar antes de pensar en divorcio
Negociar en una relación puede ser saludable cuando ambas partes están comprometidas en resolver los conflictos y mejorar la comunicación. Aquí hay algunas pautas a considerar:
- Comunicación abierta y honesta: Hablar con sinceridad sobre los problemas y las expectativas puede abrir caminos para soluciones inesperadas.
- Terapia de pareja: Buscar la ayuda de un terapeuta puede proporcionar herramientas y perspectivas nuevas para manejar los conflictos.
- Evaluar el impacto en los hijos: Reflexionar sobre cómo las tensiones afectan a los niños y considerar si el ambiente del hogar les brinda un modelo saludable de relación.
Sin embargo, cuando las negociaciones se convierten en una lucha constante y el resentimiento se apodera del espacio familiar, es necesario evaluar el divorcio podría ser una opción más saludable. En algunos casos, crear dos hogares amorosos y estables puede proporcionar un entorno más positivo y seguro para los hijos.
Divorcio como solución
La decisión de divorcearse no debe tomarse a la ligera, pero tampoco debe evitarse por completo en nombre de los hijos. Es fundamental considerar el bienestar emocional y psicológico de todos los miembros de la familia y, a veces, la separación puede abrir la puerta a una nueva etapa de paz y crecimiento personal para todos.
En última instancia, cada familia es única, y no hay una solución universal. Lo más importante es actuar con amor y comprensión, buscando siempre el mejor interés para los hijos y para uno mismo, lo que no debe ser negociable es quedarse en una relación de maltrato, ya que muchas veces los límites que se cruzaron sobrepasan la negociación. Los niños son el reflejo de los padres.
Los hijos nunca deberían cargar con la responsabilidad de que dos personas que no se quieren, se queden por sacrificio, la decisión siempre debe ser de los adultos, los hijos no necesitan necesitar sacrificios dolorosos, necesitan padres felices.
Si estás enfrentando esta difícil decisión, no dudes en buscar apoyo profesional para guiarte en este proceso tan crucial.
