¿Elegí a mi pareja por una herida emocional? 

Todo proviene de algún lugar, especialmente cuando hablamos de relaciones amorosas. Muchas veces llevamos con nosotros un patrón no-identificado de parejas que elegimos por consecuencia de una herida emocional.

4 preguntas que confirman si elegiste a tu pareja por una herida emocional

¿Lo aprendiste de pequeño?

Nuestro pasado amoroso puede moldear la forma en que nos relacionamos con los demás en el ámbito romántico. Si hemos enfrentado decepciones en el pasado, es posible que sin darnos cuenta busquemos parejas que nos recuerden a personas con las que hemos tenido experiencias similares. Todo esto es en un intento inconsciente de revivir ese patrón aprendido y que tu cerebro catalogó como “seguro“.

¿Tienes autoestima baja?

Además, estas mismas heridas emocionales pueden hacernos creer que nuestro valor como persona es bajo. Así mismo, para compensar nuestra falta de amor propio, buscamos una pareja amorosa que nos brinde validación y afecto. Y sin esto, sentimos incompletos.

¿Le tienes miedo al abandono o rechazo?

Puede ser que algún familiar importante en tu vida te dejó o te hizo sentir rechazo a una edad temprano. Las experiencias pasadas de abandono o rechazo pueden llevarnos a buscar parejas que parezcan más seguras o menos propensas a abandonarnos. ¿Eres dependiente de tu pareja y sientes que lo necesitas? ¿Eres propensa a caer en el love bombing? Esta puede ser la razón.

¿Te recuerda indirectamente a tu dinámica familiar?

Las relaciones que observamos en nuestra infancia, especialmente las de nuestros padres o figuras de apego, pueden influir en las cualidades que buscamos en una pareja. Si crecimos en un entorno donde había conflictos o relaciones disfuncionales, es posible que reproduzcamos esos mismos patrones en nuestras propias relaciones.

Por eso, reconocer y trabajar en nuestras heridas emocionales puede ayudarnos a tomar decisiones más conscientes y saludables en nuestras relaciones. El proceso de sanación puede permitirnos identificar patrones dañinos y buscar parejas que nos ayuden a crecer y a sanar en lugar de perpetuar ciclos negativos.