Por Pamela Toribio Foto Fuente externa
Octubre es el mes de la concientización sobre el cáncer de mama y queremos despedirlo honrando a las mujeres que han recibido la temida noticia de padecerlo, pero cuales guerreras, han peleado una batalla que las afecta física y emocionalmente. Sus testimonios son una fuente de esperanza, pero también una dosis de realidad sobre una enfermedad que no mira género, edad, ni clases sociales.
Zulenny Medina/ 33 años
Cuando recibí el diagnóstico donde se confirmaba que tenía un carcinoma tipo 2.3 agresivo tenía solo 27 años y parecía que la vida se paralizaba. No sabía qué pasaría, porque en ese momento empezaba un nuevo trabajo,
mis estudios universitarios y de repente todo debía estar enfocado en mi salud.
Cuando te diagnostican una enfermedad tan delicada como el cáncer, el aspecto emocional es la parte más vulnerable y por ende tu cuerpo inmediatamente reacciona. En mi caso, desde el momento que supe la condición que enfrentaba determiné tener una buena actitud y ver esta etapa de mi vida como un camino que superaría sin importar la gravedad del proceso.
Entre los cambios de mi cuerpo he podido notar que ahora demanda más cuidados, esto debido a las consecuencias de haber enfrentado 16 quimioterapias y 28 radiaciones. Ya tu organismo no vuelve a ser igual, puede que te fatigues un poco y te mantengas en un constante cambio de temperatura, una situación un poco incómoda.
Sin embargo, califiqué mi enfermedad como una bendición disfrazada por las bondades de Dios manifestadas en mi vida, el apoyo de mi familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y mi familia de fe. También muchas personas que no conocía fueron parte de ese apoyo tanto emocional como económico, a los que toda mi vida estaré agradecida.
De las actitudes negativas inesperadas que pude encontrar fue que en muchas ocasiones las personas al verme sin cabello se burlaban porque nunca usé manta ni pelucas, y el agotamiento de mi cuerpo también fue una parte muy difícil para mí. Dentro de lo positivo puedo destacar que empecé a tener un acercamiento genuino con Dios, lo que me permitió ver propósitos en medio de ese momento.
Continúa leyendo en nuestra edición de octubre.
Hizo la licenciatura en Comunicación Social y su maestría en Mercadeo, pero si no se hubiera dedicado al mundo de los medios le hubiera encantado estudiar Psicología, de hecho, los temas de familia, hijos y pareja son los que le apasiona escribir.