Contrario a lo que tu profesora de física te explicó, hay peñas que pueden sacarte a flote. En este caso hablamos de las peñas como grupos sociales y no a las piedras.
Pero primero: ¿Qué es una peña?
Una peña es un grupo que se reúne con cierta frecuencia para discutir o participar en intereses comunes como pueden ser fiestas populares o en actividades gastronómicas, culturales o deportivas.
Las peñas siempre existieron como espacios para compartir y aprender.
En sus inicios, muchas de estas asociaciones solo aceptaban hombres, sin embargo, eventualmente grupos de mujeres fueron creando sus propias peñas.
Como fue el caso de la peñas de Huelva en España, fundada en 1983 por aficionadas a las corridas de toro y del flamenco como reacción a la prohibición de que las mujeres fueran socias de peñas, o incluso accesaran en la plaza de toros.
“A la vista de que en las peñas de los hombres no entran mujeres y nosotras tener la inquietud de querer entrar en las peñas, ya hoy esto de ese machismo se ve feo, pues ellos mismos nos instaron a que hiciéramos una peña. Es una peña muy formal donde la mujer es la que tiene que pedir silencio al hombre, porque hay hombres que no se callan ni escuchan”, fueron las palabras de la presidenta del grupo, Aurora García García en 1989, publicadas en el libro U_na historia del flamenco_ (2004), de José Manuel Gamboa.
Como era el caso en la peña de Huelva, existen las peñas mixtas y, en la actualidad, podemos agradecer que es mucho más aceptado ese concepto.
Peñas exclusivas para las mujeres
Aunque probablemente se crearon a partir de la exclusión y cierto grado de machismo, son un verdadero vehículo para el empoderamiento y solidaridad.
Las peñas son importantes instrumentos de intercambio cultural y cambio social. Hay para todos los gustos y colores, dedicadas a los libros, los negocios, la música, la gastronomía… pero también a temas, como por ejemplo, la maternidad.
Estas reuniones se vuelven verdaderos refugios donde las mujeres pueden expresar su opinión, construir redes de apoyo y desarrollar su propio sentido de comunidad.
En este sentido, las peñas se convierten en poderosos instrumentos de resistencia y cambio social.
Las peñas para mamás
Si en algún momento una mujer va a necesitar una red de apoyo y un sentimiento de comunidad es durante la maternidad, por lo que las peñas para madres se han convertido en una verdadera luz al final del túnel para muchas mujeres, ya que pueden conectarse con otras mujeres en un ámbito social y compartir no solo sobre prácticas cotidianas, sino también sobre los rincones más complejos de la maternidad.
Las peñas también pueden ser espacios donde las madres pueden relajarse, divertirse y tomarse un descanso de las responsabilidades del hogar y la crianza de los hijos.
Organizar actividades recreativas, como salidas grupales, fiestas temáticas o noches de juegos. Pertenecer a una peña de maternidad, puede ayudar a las madres a recargar energías y a disfrutar de momentos de ocio.
Encontrando tu voz
Uno de los mayores beneficios de las peñas para las mujeres es la oportunidad de encontrar una voz propia en un entorno seguro y de apoyo mutuo.
Allí pueden compartir sus experiencias, perspectivas y aspiraciones sin temor al juicio o la discriminación.
Esta libertad para expresarse y ser escuchadas es fundamental para el empoderamiento individual y colectivo de las mujeres, fortaleciendo su autoestima y confianza en sí mismas.
Además, las peñas ofrecen un espacio para el aprendizaje y el crecimiento personal. A través del intercambio de conocimientos, ideas y experiencias, las mujeres pueden expandir sus horizontes, descubrir nuevas pasiones y desarrollar habilidades que antes no habían explorado.
Esta búsqueda conjunta de conocimiento y desarrollo personal fomenta un sentido de comunidad intelectual y creativa que impulsa el empoderamiento femenino.
Estos encuentros pueden ser el primer paso para la acción, ya sea iniciar un negocio, arrancar un pasatiempo o fomentar hábitos como la lectura.
No todo es trabajo y networking
En las peñas también hay espacio para la diversión y el entretenimiento entre amigas.
Para aquellos que piensan que las peñas son una excusa para chismear, éstas representan mucho más que simples reuniones sociales; son verdaderos bastiones de empoderamiento y solidaridad para las mujeres.
En estos espacios encuentran una voz propia, desarrollan su potencial personal y colectivo, construyen redes de apoyo y promueven la acción política y el cambio social.
Así, las peñas se erigen como herramientas poderosas en la lucha por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en todas sus dimensiones.
Para entender el impacto de las peñas, nos acercamos a alguien que maneja muy bien el tema: Karina Mancebo, experta en Asuntos Públicos, Reputación y Comunicación; Especialista en Gobernanza Estratégica, Análisis y Comunicación Política. ¿Por qué experta en peñas? Karina es líder y cofundadora de la peña “Poder Mujer”, miembro de “Detrás de la Página”, de la “Peña por un Mejor País”, “Ladies, Wine and Design”, “Alumni Barna”, entre otras.
¿Cuáles crees que son los beneficios de las peñas, especialmente para las mujeres?
Creo en las comunidades y en el valor que éstas representan para las mujeres. He aprendido que los talentos más valorados tienden a ser aquellos que operan en red, es decir, que están conectados e informados, y las comunidades, o las peñas, cumplen perfectamente en llenar este rol.
Hoy en día, la red social más poderosa, WhatsApp, ha modernizado y acercado a menos de un tap la creación de grandes comunidades, que incluso con una buena estrategia ya logran generar la movilización de masas o impactar en temas nacionales.
En mi caso, he encontrado un gran valor personal y profesional en formar parte en comunidades o peñas donde se abordan contenidos segmentados que son de mi interés.
Para mí, son un espacio de consulta, muchas veces hasta educativo, y una manera de ayudar a otras mujeres, pues en muchos de estos espacios se prioriza a sus integrantes al momento de una nueva oportunidad de trabajo o de negocio, como en el caso de las emprendedoras.
¿Cómo unirte a una peña?
Una forma ideal de formar parte de una peña es comenzar la tuya propia, atrayendo a personas con temas afines y otorgando cierto nivel de organización o estructura al espacio para darle sostenibilidad en el tiempo.
Sarah Mendez (@agallua ) es la fundadora de “La Peña”
@la .pena_), que ofrece una experiencia distinta fuera de tu clásica peña con retiros y viajes. Contactamos con ella para que nos compartiera un poco de su experiencia:
“Yo creo que estar en contacto con tantas mujeres, escuchar sus historias, la introspección, la resiliencia y la empatía que se crean en estos espacios, era algo que yo no había experimentado en ningún otro lugar. Pienso que estar en un lugar donde todo el mundo vibra en la misma sintonía, donde todas se quieren ayudar, crea la sinergia para tener un espacio seguro donde se permita la sanación”.
Sarah ve “La Peña” como un espacio que te muestra un lado de la vida donde eres más compasiva, empática y tomas un tiempo para ti para vivir en el ahora y no mirar a otras mujeres como competencia, sino como aliadas.
¿Algunos tips para aquellas que quieran crear su peña?
Es muy importante la constancia. Lo ideal es que lo hagan desde un lugar de mucho amor y que busquen cuál será la misión de su peña.
Hay que ser visionaria, crear un espacio creativo que vaya más allá del propósito personal.
“En estos espacios las mujeres desarrollan su potencial personal y colectivo, construyen redes de apoyo y promueven la acción política y el cambio social”.