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Placeres Culposos: ¿Por qué surgen?
¿Qué son los placeres culposos? En esta vuelta nos afiliamos de una opinión psicológica para poder descifrar la razón detrás. Junto a la psicóloga Mónica Mejía, nos adentramos en este mundo entre el placer y la culpa.
Colaboración Mónica Mejía, Psicóloga Clínica y de la Salud. Fundadora de PSICOMED, Espacio de Salud Integral.
¿Qué son los Placeres Culposos?
Empezando con la definición de Placer Culposo, traducida de la palabra en inglés “Guilty Pleasure”.
M: Podemos catalogar como placer culposo a cualquier cosa que disfrutemos, pero pensamos que no debería de gustarnos, nos dan vergüenza o nos aterra sentirnos juzgados. Las compras que hacemos, el bizcocho que comemos estando a “dieta” o, por ejemplo, algún gusto musical que apene confesar que disfrutemos… ¡y ni hablemos de todas las comidas chatarra que consumimos!
¿De dónde surge esta emoción de “culpa”?
M: Al permitirnos disfrutar algo que pensamos que no es socialmente aceptado, que no nos aporta o que tiene algo de “malo”, luego de que lo hacemos puede llegar la culpa, por la sensación de que se infringió alguna ley, sea ética o moral.
El problema está en que la mayoría de las veces nos arropa un sentimiento de culpa mórbido, ese que aparece cuando no cometimos ningún error ni falta, sino que está fomentado por el qué dirán. El término “placer culposo” ha alimentado la culpa negativa, la que nos paraliza y nos hace creer que hay algo malo en nosotros, promoviendo trastornos de ansiedad y alimenticios
¿Cuáles son las consecuencias que trae este término?
Cuando nombramos placer y culpa en una misma frase estamos reforzando la creencia de que debemos sentirnos culpables cuando disfrutamos de algo. ¿Por qué debemos tener vergüenza de aquello que nos gusta? ¿Escondernos para comer ese bizcocho deseado? ¿Sentir vergüenza por tener tiempo de ocio y pausar de vez en cuando? ¡Cuántas veces nos hemos sentido culpables por ver Netflix teniendo mucho trabajo! Investigaciones han comprobado que el cerebro necesita estos momentos de descanso y somos más productivos al retomar las tareas luego de ellos.
Si alguna actividad o cosa nos causa felicidad y alegría, no hace daño a nadie, no va en contra de nuestros valores, deberíamos eliminar la palabra culpa de: “placeres culposos”, simplemente es placer.
¡Permítete disfrutar desde la prudencia y no desde el castigo!
Esa fue toda nuestra sesión con la Psicóloga Mónica Mejía, puedes seguir su trabajo en Instagram aquí e ingresar a su página web desde su biografía.
Ella siempre supo lo que se le daba bien. Comunicarse (y llevar la contraria). Por eso, decidió estudiar Comunicación Mención Audiovisual. Su nombre es Maryorie (sin la j, por favor). Le gusta mucho contar historias a través del arte y hacer playlists sobre situaciones extrañamente específicas. También, le encanta leer, y sobre todo, le encanta que la lean.