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¿Cómo cuido mi salud mental durante la época festiva?

¿Cómo cuido mi salud mental durante la época festiva?

Leandro Sanchez
cómo cuido mi salud mental

En un abrir y cerrar de ojos, los últimos días de 2023 pueden convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Entonces, entre tantos compromisos: ¿Cómo cuido mi salud mental durante la época festiva?

Toma nota para que no te suceda e inicies con buen pie el 2024. 

¿Cómo cuido mi salud mental entre todas las festividades?

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Desde hace poco más de una década hemos visto cómo ha cobrado protagonismo la salud mental en nuestro día a día. Ya no se asocia exclusivamente a los casos que requieren medicación o internamiento, pues su buen estado incide directamente en nuestro bienestar general. De ahí su importancia incuestionable. 

En la actualidad, y debido a la pandemia propiciada por el COVID-19, los ciudadanos de todo el mundo han sufrido altos niveles de estrés y ansiedad, de manera especial por el desempleo generado y la consiguiente pérdida de ingresos, la enfermedad como tal, el aislamiento social que supuso, la muerte de algún familiar provocada por el virus, la incertidumbre sobre lo que nos depararía el futuro y la impotencia e incapacidad de cada uno para controlar una situación a la que tuvimos que enfrentarnos todos.

Por eso, hoy más que nunca resulta necesario prestar atención a cómo nos sentimos a nivel emocional, para como apunta la Organización Mundial de la Salud, “logremos mantener un estado de bienestar en el que podamos desarrollar nuestras capacidades y hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a la sociedad”.  

En esta oportunidad, desde Pandora queremos hacer especial hincapié en que, así como la pandemia logró generar en muchos emociones fuertes (y no es para menos, debido al momento vivido), en ocasiones, situaciones de la vida que entendemos podemos manejar sin problema alguno generan en nosotros sentimientos que llegan a desbordarnos. Es el caso de las fiestas y actividades de fin de año… ¡Y que no te sorprenda!, porque esto es más común de lo que puedas imaginar. 

¿Es normal sentirme así?

Iniciado el mes de diciembre, el cuerpo pareciera pedirnos a gritos un merecido descanso. Por eso nos cuesta quizás levantarnos, irnos a trabajar y enfrentar el muchas veces temido cierre de año. Y aunque paradójicamente la mayoría espera con ansias esta temporada, para otros, Navidad, Año Nuevo y la organización de las vacaciones propias de la época pueden desencadenar situaciones de estrés, las cuales dependerán del tipo de personalidad de cada quien. 

“Básicamente nos encontramos frente a lo que en psicología y psiquiatría clínica se le conoce como trastorno adaptativo, que no es más que un conjunto de síntomas que pueden producirse antes, durante y después de atravesar determinado episodio o momento de la vida, entre ellos, estrés, tristeza, desesperanza, depresión y somatización”, explica el especialista de la conducta, Óscar Espinosa, quien además sostiene que esto puede darse de manera especial cuando una persona enfrenta una serie de condicionantes ambientales que interfieren en su nivel de desenvolvimiento respecto a las labores a realizar, sintiendo que sus capacidades están muy por debajo de lo normal y experimentando una sensación permanente de sobredemanda. 

Parece ilógico, sobre todo porque desde pequeños tenemos la idea de que Navidad es sinónimo de felicidad y celebración. Pero por lo visto no es así para todo el mundo. Tampoco queremos asumir la postura del Grinch, pero es una realidad que el estrés y la ansiedad pueden colarse sin previo aviso en nuestro espíritu navideño.

Por un fin de año sin altibajos

Envueltos en la vorágine que suponen las festividades solemos pasar por alto el reconocimiento y la comprensión de nuestras propias emociones. “Aquí resulta fundamental el recordar que experimentar tristeza, angustia u otros sentimientos también es completamente normal. Es crucial permitirse el tiempo necesario para llorar o expresar lo que sentimos. No debemos presionarnos ni forzarnos a sentir felicidad únicamente porque estamos en temporada de fiestas”, manifiesta nuestro entrevistado. Por eso aclara que, si durante estas fechas experimentamos estas sensaciones es importante comprender que dichas reacciones son normales.

En la antesala de Nochebuena hacemos un recordatorio para priorizar el autocuidado y no descuidar nuestras propias necesidades. “En el caso de encontrarse lidiando con depresión o ansiedad durante las festividades es esencial saber que no estás sola. Hablar al respecto y buscar ayuda son pasos valiosos y significativos”, recomienda Espinosa, quien también es catedrático universitario.

“Si durante las fiestas de fin de año experimentamos ciertas emociones que nos desagradan e incomodan, es importante contar con un espacio seguro en el que podamos expresarnos, contar lo que sentimos y pensamos. Y es que, compartir lo que nos pasa nos ayuda a ser conscientes de nuestras emociones y a diferenciar una emoción de otra”.

Óscar Espinosa, psicólogo clínico, especialista en terapia familiar y de pareja.

¿Cómo cuido mi salud mental cuando pareciera que no es el momento?

Una cargada agenda de compromisos, una ruptura amorosa, una alta carga laboral, un conflicto familiar y atravesar un duelo son algunas de las situaciones que pueden generar desánimo en esta temporada. Frente a esto, “aprender a decir que no, realizar tareas realistas y no pretender hacer todo al mismo tiempo, así como asumir una actitud más optimista y no anticipar consecuencias catastróficas”, nos ayudarán a sobrepasar de la mejor forma estos días, comenta la coach de salud y bienestar, Alexandra Astacio, quien nos enlista además las siguientes recomendaciones:

  • Lleva a cabo los preparativos y compras con antelación.
  • Pide ayuda siempre que sea necesario. Te aseguramos que la carga será más ligera. 
  • Establece rutinas de descanso y sueño.
  • Practica algún tipo de ejercicio, evitando así el sedentarismo.
  • Come con moderación.
  • Disfruta momentos placenteros como disfrutar tu postre favorito, compartir y pasear. Ponte en ese mode. 
  • Si no tienes pareja y la soledad es un problema para ti, identifica personas cercanas en la misma situación y planeen juntos una celebración. 
  • Y si has optado por celebrar con amigos o familiares, evita en todo momento los temas de conversación controvertidos, ya sean asuntos familiares delicados o temas políticos pasionales.
  • Por el contrario, si participar en los rituales de Navidad te será perjudicial, no lo hagas. No es necesario exponerte a situaciones que pueden afectarte. Trata de explicar con calma, amabilidad y sin culpa tus necesidades emocionales.

No todo tiene una sola fórmula

Por otro lado, Astacio nos aclara que distintos rasgos y eventos determinarán el estado de estrés, ansiedad, melancolía o tristeza por el que atravesarán las personas:

• Atravesando un duelo. “Para ellos, las navidades resultan ser un momento difícil, pues queda en evidencia la falta de un ser querido. Sin embargo, es importante entender que el duelo es un proceso natural que nos permitirá en lo adelante sanar”, dice. 

• Ansiedad social. “Quienes la padecen pueden percibir como todo un reto el ir a la fiesta de la empresa, de algún amigo o familiar,ya que provocan inseguridad y temor constante, acompañados de síntomas fisiológicos como sensación de ahogo, sudores, etc.”, aclara. 

•Temas alimentarios. “Debido a la presión de los demás para que comamos y bebamos en exceso, a los diagnosticados con trastorno de la conducta alimentaria se les hace difícil mantener el control, manifestando así una elevada ansiedad”, subraya.

• Mr. and Mrs. perfeccionistas. “Son personas que necesitan tener todo bajo control. Esto los mantiene en una lucha continua que se traduce en un ambiente tenso donde aparecen enfados y reproches continuos”, puntualiza. 

• Falta de control o adicciones. “A veces pasamos por alto a las personas con problemas de adicción al alcohol o al juego, e insistimos una y otra vez para que brinden con un trago en la mano, sin ser conscientes de que detrás de ese ‘no gracias’ hay una gran lucha interna para evitar una recaída en el alcoholismo”, indica. 

• Conflictivas o narcisistas. “Hay personas a las que les encanta debatir y tener la razón a toda costa, incluso utilizando una cierta agresividad verbal”, finaliza.

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¡Qué el Blue Monday no arruine tu inicio de año!

Pasadas las fiestas llega la calma. En enero, el bolsillo ni siquiera se ha recuperado de los excesos navideños. Y peor aún, las resoluciones de año nuevo posiblemente engavetadas, plasmadas en papel, ansiosas de que tomes cartas en el asunto.

Dado este denominador común, corrió como pólvora de que, a inicios de año, específicamente el tercer lunes de enero, es el día “más triste” del año. Esto al menos en el hemisferio norte, en aquellas zonas donde llueve o hace mucho frío. 

Conocido también como Blue Monday, su génesis se ubica en 2005 con el intento del psicólogo Cliff Arnall de diseñar una fórmula para calcular cuál era el peor día del año, considerando aspectos como el clima, el derroche de las fiestas y las frustradas resoluciones de año nuevo. Arnall también introdujo en sus cálculos los niveles de motivación y la necesidad de tomar medidas. Esto tuvo su origen a propósito de una campaña publicitaria para la desaparecida compañía de viajes, Sky Travel.

Entendiendo la raíz del asunto

En una entrevista al diario británico The Telegraph (2010), Arnall contó que en un inicio la solicitud de la agencia fue calcular “cuál sería el mejor día para planificar las vacaciones de verano”. Pero considerando lo contado por sus pacientes durante las sesiones de terapia analizó los factores que llegan a estresarles y concluyó que el tercer lunes de enero “es particularmente deprimente”. 

Cliff, que trabajó en un centro adjunto de la Universidad de Cardiff (Gales) y ahora imparte cursos sobre la felicidad y bienestar personal, fue duramente cuestionado por algunos de sus colegas. No obstante, cada año se comenta, se critica y se debate sobre este día. 

Lo mejor de todo es que esta fecha ha servido para que desde las redes sociales se compartan mensajes de ánimo y buenos propósitos para contrarrestar el que se supone que es el día más triste del año. Incluso, en 2016, el propio Arnall formó parte de la campaña #StopBlueMonday, impulsada por el gobierno de las Islas Canarias (España), que reza: “No dejes que esta fórmula te dé permiso para reír o llorar… Estas 24 horas te pertenecen, no dejes que nadie te las arrebate, ni siquiera un tal Cliff Arnall”.

¿Pura coincidencia? 

Las celebraciones de Navidad y fin de año suceden durante el invierno, una época en la que muchas personas experimentan alteraciones en el estado de ánimo, sobre todo en países donde se registran grandes cambios de temperatura, a menudo sin causa específica que explique el cambio anímico. “Esto es lo que hoy día conocemos como tristeza de invierno o Trastorno Afectivo Estacional (TAE), el cual suele provocar cambios en el estado de ánimo desde el comienzo del otoño hasta casi la llegada de la primavera”, explica el Dr. Julio Guzmán, médico psiquiatra. 

El especialista de la salud mental y neurociencias sostiene que, para muchos la tristeza de invierno presenta síntomas muy similares a los de la depresión. “Las bajas temperaturas, la lluvia o la nieve y la considerable reducción del número de horas de luz solar ejercen una influencia significativa”, explica Guzmán, destacando que otro factor que suele influir en el TAE es la falta de vitamina D, que es propiciada por el sol y que se encuentra involucrada en la síntesis de la serotonina y la dopamina en el cerebro”, concluye.

“Debemos aprender a respetar a los demás. No intentemos forzarlos a hacer cosas con las que no se sienten cómodos. Tratemos de ser comprensivos con su situación particular, entendiendo que no todas las personas viven las fiestas de la misma manera”. Alexandra Astacio, coach de salud y bienestar. 

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