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Burnout: La delgada línea entre productividad y agotamiento
En la era del impertinente hustle culture y las carreras mentales impulsadas por las redes sociales de «quién hace más en menos tiempo», la productividad es el santo grial de los mortales. ¿Cuándo podemos decirnos que hemos llegado al límite? ¿Lo que estoy sintiendo es desmotivación o burnout? ¿Hemos normalizado priorizar nuestras metas antes que incluso nosotros mismos?
El burnout: ¿Me exijo demasiado en nombre de la productividad?
Una cosa es cierta: Un nivel balanceado de productividad en nuestras vidas es necesario para progresar. Sin embargo, empujarse a dar más por un tiempo prolongado e indefinido es la forma más fácil de estrecharte las manos con el conocido «burnout».
¿Qué es el síndrome de burnout?
El síndrome de burnout o el de «desgaste crónico» es cuando una persona pasa por un agotamiento físico y mental que afecta directamente su rendimiento laboral/personal. Algunos síntomas de este síndrome son:
- Irritabilidad
- Indiferencia y desapego hacia el propio trabajo y otras personas
- Desmotivación
- Fatiga
- Desmotivación generalizada
- Estrés
- Insomnio
Por otro lado, aunque los factores que desencandenan este comportamiento pueden ser múltiples, una razón prevalece: la hiperproductividad. Atar tu valor a tu rendimiento y nuestro conocido síndrome de impostor son elementos que causarán agotarte mental y físicamente en algún momento (o en varios) de tu vida.
Sé honesta, ¿Qué tanto tiempo pasas siendo productiva y cuánto castigándote por no ser lo suficiente productiva? La línea es delgada. La necesidad de demostrar que valemos algo, de complacer la visión que los demás tienen de ti y el peso agobiante del miedo al fracaso son constantes que te obligan a actuar en automático y sumergirte en más de lo que puedes aguantar. Y es que la idea con ser productivo no es llegar hasta tu mayor límite y no subir más de ahí, es encontrar ese balance donde puedas realizar tus tareas, garantizar tu progreso y a la vez, tener tiempo para recrearte y cuidar tu salud mental.
¿Cómo encuentro un balance dentro de la productividad?
¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo pasas trabajando y cuánto tiempo descansas? La balanza usualmente apunta hacia el trabajo la mayoría del tiempo. Con esto no digo que es obligatorio que sea un 50/50, porque la verdad es que no es realista, especialmente si trabajamos en proyectos que requieren más de nuestro tiempo que lo normal. Pero en todo el día, es vital encontrar un momento para relajarse y desconectar de los pendientes laborales.
Además, ¿qué tanto queremos lograr en un día? otro gran factor del burnout es querer completar todas nuestras metas de un día a otro, esto siendo alimentado por un sentimiento de «quedarse atrás» en comparación a tu alrededor. El reloj no dejará de correr, el sentido de urgencia que estás sintiendo es más probable que sea ansiedad y miedos personales sin procesar que el hecho de que estés debajo de cualquier otra persona. Nadie camina el mismo sendero que tú, por lo tanto, comparar tu vida o tus logros con los de otra persona solo sumará preocupaciones innecesarias, y en lugar de motivarte, tendrá el efecto contrario.
¿Qué acciones puedo tomar para evitar el burnout?
- No compararte. Como mencioné anteriormente, esto no vale de nada. En este mundo nadie nació para ir a la par en todos los sentidos, por lo que reconocer el valor de forjar tu propio camino dando lo mejor de ti siempre será la solución correcta.
- Ponerte límites. Los límites no son solo para externar a terceros, a veces, lo más díficil es marcar esa línea roja con nosotros mismos. Sobreexigirnos ante la falsa promesa de que «estamos haciendo lo mejor para nosotros» es un comportamiento común de la hiperproductividad. Reconoce y respeta tus límites, de modo que puedas crear una base de confianza en ti mismo y puedas trabajar sin presiones innecesarias.
- Escucha a tu cuerpo. Es probable que no te des cuenta, pero tu cuerpo te habla constantemente. Tensiones musculares, migrañas, insomnio, entre otros son señales de alerta que tu cuerpo y/o sistema nerviosos se encuentra comprometido. Recuerda, llegar a la meta exitosamente no significa cruzarla y automáticamente perder todo anhelo desplomándote al suelo. Escucha las señales de alerta y tráducelas como tu cuerpo diciendo: Es tiempo de llevar esto más despacio.
- Planifica tus metas correctamente. El antídoto de la hiperproductividad es saber desglosar cuándo y cómo harás las cosas, de forma realista. Ya sea en una libreta o en digital, planifica tus tareas del día, de la semana y tus proyectos laborales y personales. Desglósalos por pasos (mientras más pequeños, mejor. así evitas saturarte) y no esperes completar el 100% de ellos todos los días, los imprevistos suceden, así que opta por un 70%.
Por último, cierro este segmento comentando que mientras me encontraba hablando sobre metas laborales con una amiga, le mencioné que no me gustaba irme de un trabajo sin dominar el área al que entré completamente y dar lo mejor de mí sin importar otros factores. No me percaté que estaba siendo «hiperproductiva» hasta que ella dijo: Me parece muy bien que tengas ese tipo de motivación, pero es bueno que te preguntes: ¿Estoy recibiendo lo mismo que doy? ¿Está siendo remenurado mi esfuerzo? ¿Veo frutos del tiempo que le dedicó a hacerlo bien?
Notas finales de la autora
Es bueno mantener un ritmo óptimo al ser productivo, pero también es válido dejar las cosas donde están si ya no encajan en tu vida. Dejar metas a la mitad no es un sinónimo de fracaso si al final son una guía hacia comenzar algo nuevo. Algo que se encuentre verdaderamente alineado a tu propósito.
Ella siempre supo lo que se le daba bien. Comunicarse (y llevar la contraria). Por eso, decidió estudiar Comunicación Mención Audiovisual. Su nombre es Maryorie (sin la j, por favor). Le gusta mucho contar historias a través del arte y hacer playlists sobre situaciones extrañamente específicas. También, le encanta leer, y sobre todo, le encanta que la lean.