Colaboración: Dra. Kirshe Piñeiro, especialista en medicina estética y antiedad en Climed (@DraKiki) Fotos And-One
En esta etapa de la vida, el cuidado apropiado es fundamental, ya que nos dará las herramientas necesarias para enfrentar los cambios que se avecinan y evitar condiciones no deseadas. Existe mucha información acerca de las medidas que debemos tomar y una oferta enorme de productos que usar. Por ello, aquí te presentamos una guía básica de cuidado, así como cuáles productos debes incluir en tu rutina y cuáles otros evitar mientras te encuentras gestando.
Más que una cara bonita
Para el rostro es importante determinar la necesidad de cada madre, ya que durante esta etapa los cambios varían de una a otra mujer. No todas son iguales, incluyendo su piel y la reacción que ésta tendrá. Durante el proceso de gestación se puede presentar acné, resequedad, seborrea facial, entre otros, teniéndose que adoptar medidas específicas para cada situación del cuidado facial.
Paso 1. Iniciemos con el lavado de la piel, usando un dermolimpiador con un pH neutro o ácido, sin fragancia, ya que al presentarse cambios hormonales puede existir un rechazo a los perfumes, provocando las náuseas sobre todo en el primer trismestre.
Paso 2. Protección solar regular en todo el cuerpo desde el día uno. Vivimos en un clima tropical, pero el embarazo no es el momento adecuado para buscar una piel bronceada. Es de suma importancia evitar la exposición intensa entre las 10:00 a.m. a 5:00 p.m. Porque debido a las variaciones hormonales que conlleva el embarazo, las mujeres gestantes serán más susceptibles a la radiación solar, ocasionando que entre un 50 a un 70 por ciento padezcan de melasma a partir de la segunda mitad del embarazo. Estas manchas color café con leche son una causa común de consulta y sólo con una aplicación de protección solar de un SPF 30, regularmente podemos evitar esta condición. A un año del parto, una vez las hormonas han vuelto a sus niveles normales, podemos ver una desaparición de las mismas, en un porcentaje de estos casos. La hiperpigmentación aparece en el 90% de las embarazadas aproximadamente. Esta puede ser generalizada o localizada en áreas como cuello, pezón, aureola, línea alba y región genital. Este oscurecimiento cede luego del parto.
Es válido recalcar que las características de nuestra piel pueden variar en el embarazo, lo que implica que debemos de tener mucho cuidado al escoger la presentación de nuestros protectores solares. Las pieles grasas y mixtas deben escoger texturas en serum, gel o emulsión y limitarse al uso de protectores de laboratorios dermatológicos que puedan garantizar una protección correcta.
Paso 3. Después de limpiar tu piel aplícate a diario una mascarilla relajante o de luminosidad, déjala en exposición diez minutos y retírala; aplica después el bloqueador solar y la crema de día.
A la hora de elegir tus cremas hay ciertos principios activos contraindicados durante el embarazo: retinol, ácidos, varios despigmentantes, aceites esenciales y algunas algas.
Existen casos en los que el embarazo implica una piel más grasa, propensa a hacer brotes acneicos. Debido a que en esta etapa no podemos tratar con medicamentos esta condición, la mejor herramienta es una rutina en la cual, tanto el limpiador como la protección solar e hidratantes, tengan propiedades de control de grasa.
La rutina que llevamos previo al embarazo no necesariamente es la adecuada luego de encontrarnos en esta etapa.
Período de cambios. Debido a que durante el proceso de gestación el organismo sufre cambios que se reflejan en la piel, es conveniente verificar si debes cambiar tus productos habituales por unos amigables para el embarazo.
Cuerpo sin líneas
Otro hábito importante de nuestra rutina es una correcta hidratación y nutrición de la piel diaria con formulaciones especiales para evitar las estrías. El cuerpo humano se enfrenta a un crecimiento considerable del vientre para albergar a una nueva vida. Este cambio es más notorio en el segundo y tercer trimestre, pero desde el primero debemos adquirir la costumbre de nutrir la piel para prepararla a un estiramiento considerable.
Cuando la piel se estira, las fibras con menor elasticidad se rompen y dejan una cicatriz en forma de estría. Es más común que aparezcan a finales del embarazo, cuando el vientre se expande mucho más para acomodar al bebé en crecimiento. No olvidemos que el vientre no es la única zona del cuerpo que enfrenta cambios, es bueno incluir del pecho, caderas y muslos a la hora de nutrir e hidratar.
Para la sensación de picazón y resequedad particulares de los últimos tres meses de embarazo podemos acudir al aceite, ya sea de coco o rosa mosqueta, varias veces al día.
En el peso correcto
Una dieta balanceada es otra premisa básica que hemos de adoptar. Uno de los detalles de mayor importancia a tener en cuenta es que cuanto más peso ganemos mayor será el estiramiento y estrías en nuestra piel, por lo que se recomienda que el rango de aumento de peso durante el embarazo sea de entre 7 y 12 kilos.
Éste, en combinación al incremento de la acción de las hormonas que incide directamente en la acumulación de grasa y la retención de líquidos, ocasiona que aumenten las probabilidades de desarrollar celulitis. Para evitarla, es recomendable realizar masajes de drenaje linfático con cremas hidratantes, ya que las lociones anticelulíticas están contraindicadas en esta etapa. El ejercicio es vital ya que el sedentarismo contribuye con el factor circulatorio. De igual forma, una correcta alimentación con suficiente agua, frutas y vegetales ayudará a remediar la retención de líquidos.
Durante el embarazo. La piel del rostro suele tornarse más radiante. Aprovecha esos meses para lucir una piel limpia, hidratada, luminosa y sana. Dedicando unos minutos al día lo podrás conseguir.