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Mi pareja es adicta al sexo, ¿Qué hago?
Por: Yaneris Michel Foto: Kamil Macniak
La adicción al sexo es un problema del que pocos hablan y difícil de descubrir. En Pandora investigamos al respecto y te contamos lo que debes saber si estás frente a un adicto al sexo.
La historia puede no ser la más común, pero sí podría ser la de cualquiera. La chica conoce al chico. Comienzan a salir. En la cama se lo pasan muy bien. Él se desaparece de vez en cuando, “pero así son los hombres”. Las salidas son cada vez más frecuentes, pero él no quiere comprometerse. Ella se enamora, él dice que también. Comienzan a convivir más a menudo. Pero él sólo quiere sexo, y de eso habla todo el tiempo. Ella comienza a dudar si realmente la ama, pero lo que no sabe es que en realidad puede encontrarse frente a un adicto al sexo…
No nos equivoquemos. El adicto al sexo puede ser tanto un hombre como una mujer, y es un problema psicológico que hasta quien lo padece puede ser incapaz de reconocerlo.
En términos médicos se le conoce como trastorno hipersexual, dependencia sexual o ninfomanía (en las mujeres). Y el hecho de ser una condición camuflajeada por los tabúes y las burlas, hace más difícil el que lo podamos entender y tratar.
Causas
Como cualquier otro trastorno adictivo, puede tener diversas causas y varía según la persona. De hecho, en el 2014, un estudio realizado por psiquiatras de la Universidad de Cambridge, comprobó que el cerebro de un adicto sexual responde de la misma manera que el cerebro de un drogadicto cuando se encuentra frente al objeto de su adicción.
“La adicción al sexo no tiene que ver con debilidad moral o falta de carácter, sino con el intento del adicto de manejar su dolor emocional”, explica Heidy Camilo H., encargada del área de sexualidad y terapia de pareja del Centro Vida y Familia Ana Simó. Estas personas usan el sexo como una manera de esconder sus miedos o canalizar su ansiedad.
Cuando el deseo cruza los límites
Si bien es cierto que es normal usar el sexo para liberar estrés y bajar un poco los niveles de ansiedad; el problema surge cuando la conducta escapa lo normal.
“Las adicciones se caracterizan por un malestar, ansiedad, y el impulso acucioso que siente la persona por hacer algo de manera recurrente. Esto ayuda a diferenciar a una persona que le gusta mucho el sexo de un adicto”, aclara el sexólogo y terapeuta Ramón Emilio Almánzar (@realmanzar). “El adicto al sexo presenta pensamientos recurrentes, impulsos y malestar asociado a querer tener actividades sexuales de forma continua”, añade.
Ejemplo de dichas actividades incluyen desde masturbación compulsiva, uso persistente de la pornografía y el cibersexo; hasta otras que afectan a terceros como tener múltiples parejas sexuales el mismo día, prostitución, exhibicionismo, acoso sexual…
“El adicto recurre al otro con la intención de llenar un vacío en su vida, es como reemplazar una droga por una actividad sexual”, dice David Ruipérez Serrano en su libro Mi mente es mi enemigo. Esta persona puede incluso llegar a llevar una doble vida, ocultando sus compulsivas actividades sexuales, mientras por otro lado aparenta llevar una vida normal.
No obstante, como todas las adicciones, no se puede ocultar totalmente. “Quien padece este trastorno experimenta deterioro en sus relaciones de pareja, y a nivel emocional, pérdida de trabajos por conducta indebida, entre otros”, apunta Almánzar.
Descubriendo al adicto
Uno de los factores que hoy en día más refuerzan la adicción sexual y evitan el poder descubrirla es el comportamiento de nuestra sociedad. El refuerzo de patrones de comportamientos sexuales dañinos como la promiscuidad irresponsable y desordenada, el abuso de la pornografía o la prostitución, sobre todo cuando estos comportamientos se refuerzan como “cosas de hombres”, o sólo tomados a chiste, explica que el desarrollo de esta adicción sea tan común, sobre todo en ellos, pero también que vaya en aumento entre mujeres.
Según un estudio sobre hipersexualidad, realizado en el 2014 por la Universidad de California, de entre el 88% de pacientes diagnosticados con adicción sexual, 54% admitió darse cuenta de que tenían una conducta sexual anormal antes de los 18 años, mientras que un 30% afirmó haberlo constatado durante la época universitaria, entre los 18 y los 25 años. Sin embargo, aún los mismos pacientes pueden llegar a ser incapaces de admitir su condición.
Para la pareja también toma tiempo descubrirlo pero hay ciertos indicios. Este tipo de adicto suele buscar nula implicación sentimental con sus compañeros de cama y en muchos casos sufre de disfunción eréctil en las relaciones normales, no pagadas (con prostitutas) o que no impliquen ningún riesgo, según explica Serrano en su libro.
Similar afirmación hace la psicóloga Heidi Camilo H.: “A éstos les cuesta establecer relaciones de compromiso y pasan muy rápido al sexo”. Es muy difícil detectar este tipo de adicción cuando se está apenas saliendo con una persona, ya que se requiere de interacción frecuente para descubrirlo.
Sin embargo, si el adicto está tratando de llevar una vida de pareja es porque quiere dar un paso hacia una relación con mayor compromiso. Para lograrlo es importante buscar ayuda de un especialista. Con el tiempo, las adicciones pueden llegar a tener consecuencias muy dañinas tanto para el paciente como para quienes le rodean.
No existe un diagnóstico único ni tratamiento específico, sino que se necesita acudir donde un especialista que pueda diseñar un tratamiento que incluya terapia sexual, psicología y hasta psiquiatría, según la necesidad.
¿Cómo reconocerlo?
Existen ciertos patrones de comportamientos que delatan a un adicto sexual.
La psicóloga Heidy Camilo H. (@camiloheidy), encargada del área de sexualidad y terapia de pareja del Centro Vida y Familia Ana Simó, los enlista:
- Tiene un patrón de conducta sexual fuera de control.
- Continúa con dicho patrón aunque esté destruyendo su vida.
- A menudo busca el sexo peligroso y de alto riesgo.
- Ejerce su sexualidad aún sin proponérselo.
- Sufre serias consecuencias en su vida a causa de su conducta, afectando su trabajo, pensamientos, amistades y familia.
- Usa el sexo para ayudar a controlar su estado de ánimo y enfrentarse al estrés y la ansiedad.
- Puede haber períodos en los que se extingue todo comportamiento sexual y desarrollan aversión al sexo.
¿Filo con filo no corta?
Así dice un dicho popular, que en este caso podría aplicarse a pensar que si se juntan dos adictos al sexo, pues no pasa nada porque entre ambos se entienden. ¡Falso! “Si ambos son adictos hay más problemas, ya que se multiplica el deterioro en otras áreas no sexuales”, Ramón Emilio Almánzar (@realmanzar), psicólogo y terapeuta sexual y de pareja.