¿Cómo puedo cultivar el optimismo en mi vida?

Si eres una persona que le cuesta ver el lado positivo de las cosas, sueles ver el vaso medio vacío y constantemente estás esperando que ocurra lo peor, sigue leyendo.

Estoy segura de que si eres como yo, estás cansada de que te repitan las mismas frases de siempre —»Se más positiva», «Es que tu eres demasiada negativa», «No te predispongas»— y no te digan que puedes hacer para dejar de pensar como naturalmente piensas.

Pero tranquila, te cuento que yo era una persona que le costaba ser optimista y pude mejorar con ciertas acciones que te voy a contar en un ratito. 

Antes, debemos aclarar algo muy importante: ¿Qué es ser optimista? 

Ser optimista va mucho más allá de la idea general de ver todo color de rosa o el vaso siempre medio lleno. No se basa en confiar en soluciones mágicas o esperanzas vacías, pero sí en el esfuerzo y en la posibilidad de que las cosas pueden ser distintas.  

Una persona optimista sabe valorar lo positivo de la situación, pero esto no lo ciega de ver aquello que hay que mejorar. Más bien, el encontrar los aspectos positivos de las circunstancias de la vida le ayuda a tomar decisiones, enfrentarse a los problemas y superar dificultades. 

Sin la creencia de que las cosas van a salir bien, es probable que se logren pocos cambios. Esta creencia impulsa la planificación de objetivos y la realización de esfuerzos para alcanzarlos. Por tal razón, puede decirse que sin optimismo, la batalla ya está perdida. 

Y no, aquí no vamos a permitir que pierdas tus batallas. Así que, ahora sí te voy a compartir una mini guía de acciones que me ha servido muchísimo y que puedes poner en práctica para cultivar el optimismo en tu vida:

Entrenar la mente a pensar que puedes hacer que buenas cosas ocurran, mediante afirmaciones.

Adopta el hábito de decir en voz alta cosas en las que puedes alcanzar el éxito; por ejemplo “si me esfuerzo en el trabajo, seré reconocida”.

Evitar culparte cuando algo salga mal y adopta una mentalidad de aprendizaje.

Cuando las cosas no salen como querías, no te culpes por ello. Tómalo como un aprendizaje y piensa en lo que podrías hacer para que no vuelva a pasar. Por ejemplo, en lugar de decir “me fue horrible en la reunión porque soy inútil”, di “me irá mejor la próxima vez porque le dedicaré más tiempo de preparación”.

Enfocar las cosas buenas a medida que pasen.

Toma unos 5 o 10 minutos al final de cada día para recordar lo que sucedió y escribir aquellas cosas por las cuales te sientes agradecida, ya sea en el app de notas del celular o en alguna libreta.

Recordarte constantemente que los problemas son temporales y pasajeros.

Cuando algo no salga como desees o se te presente algún obstáculo, recuerda que pasará y piensa en aquello que puedes hacer para superarlo. Puedes decirte frases como: “Esto es difícil, pero sé qué no durará para siempre y que no me sentiré así para siempre”.

Al tener éxito en algo, date el crédito que te corresponde.

Piensa en aquellos sacrificios que hiciste y habilidades que tienes que te ayudaron a hacerlo posible. Puedes reconocerlo en voz alta, por ejemplo, “Me fue excelente en la reunión porque me preparé, di lo mejor de mí y cuento con la capacidad para triunfar en lo que sea que me proponga”.

Lograr ser más optimista te traerá muchísimos beneficios, tales como un mejor estado de salud física y mental, una mejor autoestima, mayores probabilidades de alcanzar el éxito, y una mayor satisfacción con la vida.

Así que, no esperes más y pon en práctica desde hoy estas acciones que potenciarán tu bienestar y te ayudarán a convertirte en tu mejor versión. ¡Estoy apostando a ti!