Impacto de la Reforma Fiscal en la salud mental: Un análisis necesario
Escrito por Alicia Santana, Psicóloga Clínica y de la Salud con experiencia en Psicología Social y Políticas Públicas (@psi.aliciasantana)
Semanas atrás el gobierno dominicano presentó una propuesta de reforma fiscal, una reestructuración del sistema tributario que tiene como fin aumentar las recaudaciones, reducir el déficit fiscal y beneficiar a ciertos rubros claves de la economía nacional.
La propuesta en la mira: un futuro incierto para muchos
Fuera de las preguntas disparadoras que esta breve y simple introducción pueden despertar: si será efectiva o no, si su impacto económico a futuro será positivo o negativo, yo decido abrir la siguiente dentro de la discusión: ¿cuál es el costo sobre nuestra salud mental que tiene una reforma fiscal?
Sin entrar en demasiados tecnicismos, el proyecto de reforma propone aumentar impuestos en sectores clave, eliminar incentivos para ciertas industrias y retirar exoneraciones en insumos básicos. Una gran parte de la población, en especial dentro de las clases trabajadoras, han dejado claro que ven un futuro incierto y un posible deterioro de su calidad de vida con un proyecto de reforma como el actual.
El miedo a la inseguridad financiera
Seamos todos honestos: la vida diaria en la República Dominicana no es fácil, y para la gran mayoría sigue siendo una lucha diaria y constante poder vivir bajo las condiciones de juego que exige esta sociedad para ser un miembro activo y funcional.
La búsqueda del alimento, el acceso a una vivienda y el mantenimientos de esta son aspectos sensibles que a primera vista se ven mucho más comprometidos con la aplicación de esta reforma. El miedo constante que genera la falta de seguridad al acceso de nuestras necesidades básicas y por tanto de una vida digna aumentan la ansiedad y el estrés. ¿Cómo no sentirse atrapado cuando parece que no tienes control sobre tu propio futuro?
¿Equivale el crecimiento económico a desarrollo?
Un sector de la élite política defiende la reforma y argumenta que es necesaria para el desarrollo de la sociedad, al mismo tiempo una gran parte de la clase trabajadora deja en claro que teme por su calidad de vida viendo en juego su alimentación, su salud, su vivienda, su educación, su trabajo, y su recreación. Todos aspectos que están estrechamente vinculados al bienestar físico y mental.
Con las presiones económicas, es decir con el apriete del bolsillo, la estabilidad emocional de una población, ya de por sí frágil, tambalea aún más. Sin contar que se suma en el proceso la falta de confianza que tiene la población hacia las instituciones y la gestión que estas hacen de los recursos.
Este descontento generalizado abre otra pregunta: ¿este proyecto de reforma responde a necesidades urgentes de la clase trabajadora? Si el «crecimiento económico» no se traduce en mejores condiciones de vida estables y sostenidas en el tiempo, ¿podemos hablar de desarrollo?
La República Dominicana presenta un entorno de desigualdad socioeconómica que amplifica las respuestas psicológicas ante la incertidumbre. Sectores ya vulnerables sienten mayor ansiedad y temor al ver peligrar sus necesidades básicas.
La brecha socioeconómica: más ancha que nunca
La reforma fiscal parece a primera vista intensificar la brecha entre estratos socioeconómicos, sólo la idea provoca sensaciones de impotencia y una percepción de injusticia, lo que a su vez agudiza el malestar emocional.
En un país donde la desigualdad ya es visiblemente marcada, la preocupación sobre cómo esta reforma afectará el día a día de las personas genera un impacto psicológico significativo. Esta desconfianza e incertidumbre se traduce en reacciones psicológicas desde el agotamiento emocional o el miedo irracional a perder el sustento hasta una percepción de incontrolabilidad sobre uno mismo y su realidad.
En particular para una sociedad que históricamente se ha visto en una lucha constante por el mero hecho de sobrevivir sumado al acceso desigual a los servicios de salud física y mental, este malestar se convierte en una espiral difícil de manejar.
Es fundamental, por tanto, adoptar enfoques integrales a la hora de no sólo aplicar, sino incluso presentar, proyectos de política fiscal, son necesarias la mayor cantidad de miradas y opiniones para poder comprender en su plenitud como el bienestar, tanto físico, mental, y emocional, de la población se ven impactados.