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La crisis de identidad de Instagram: Hablémoslo

La crisis de identidad de Instagram: Hablémoslo

Mr. Pichón
crisis de identidad de Instagram

Toda red social ha mostrado un ciclo de vida: novedad, apogeo, crisis de identidad y, si tiene suerte, una identidad clara. Pasó con Hi5 cuando llegó Facebook (lo sé, se me cayó la cédula), con Twitter que integró stories para después eliminarlos al comprender que no conectaba con su filosofía de contenido simple reducido ahora a 280 carácteres—y le está pasando a una red muy querida por todos: Instagram. Ahora bien, la crisis de identidad de Instagram puede resumirse a la nueva obsesión de la plataforma por el video y la llegada de Tiktok.

La crisis de identidad de Instagram: ¿Es realmente una crisis?

En la guerra digital frente a frente al titán chino, Instagram ha olvidado lo que significó como espacio para quienes crecimos con ella generando contenido.

Antes de las métricas, de los influencers, de las reuniones con marcas—antes de todo eso, era un
espacio de auto expresión donde tu estilo de edición y filtros se volvían parte de tu personalidad
digital—era la voz y forma de expresión de una generación que por primera vez tenía un contacto
de forma tan accesible y agresiva con la fotografía y la edición desde la comodidad de un celular.

Rompió la barrera de que era o no posible con o sin una cámara profesional y permitió a cientos
de almas creativas posicionarse en la plataforma. Paralelo a esto, toda una nueva generación en su infancia crecía viendo “Youtubers”, que cualquier contenido sin importar si era un celular o no, podría crearte una carrera y que vivir de la generación de contenido podía ser tan simple o sofisticado como el presupuesto o el creador de contenido entendieran.

Crisis de identidad de Instagram vs La llegada de Tiktok

Llegamos a Tiktok—un espacio dominado por esa generación, donde su nueva forma de expresión es el video: no híper depurado, coordinado por color y estilizado sino real desde la esencia del creador, comprendido que hay tantas plataformas y contenido que si el mio no te gusta “ma pa’ lante vive gente”.

¿Recuerdan el ciclo que mencionaba al principio? ¿Novedad, apogeo, crisis de identidad (y si tiene suerte) una identidad clara? Es evidente con la cantidad de actualizaciones y nuevas herramientas en que etapa se encuentra instagram con el nuevo “niño lindo digital”.

Movimientos como “Make Instagram, Instagram Again” (Vuelvan Instagram, Instagram otra vez) han nacido exigiendo a la plataforma volver a sus raíces y dejar la cacería por una identidad que no le pertenece y que, si fuese más humilde, podría aprender de TikTok y sus prácticas para crear comunidad —no tanto en las herramientas que usa para luego copiarlas descaradamente.

Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo: un modelo de negocios enorme descansa en los hombros de esta empresa, donde nosotros como consumidores de contenido mantenemos su propuesta de valor (venta de publicidad) atractiva, pero ¿y las empresas que pagan por publicidad? En 2021 Facebook, Instagram y Whatsap facturando juntas en 2021 US$435 billones de dólares, dejando Tiktok en 2do lugar con US$250 billones y a Youtube en 3ero con US$170.

Encontrar el balance entre los cambios

Encontrar un balance entre audiencia, cambio generacional, modelo económico e identidad vs
sentir como el “novato” ya esta en las grandes ligas junto a ti, desubica a cualquiera.

En mi caso, acepto el cambio a un mundo con más videos—amo las fotos, no me malentiendan.
Pero el sentimiento de aprender, crear y experimentar con este nuevo formato me emociona. Lo
que mata esa inspiración creo, es una mezcla entre velocidad del medio, querer vender y miedo a
sentirse desactualizado.

Para esto, solo un consejo: la calidad de vida y paz mental no se mide en likes, sino en asimilar el
cambio, proceso de aprendizaje, y nuestro ritmo—no el de Instagram.

Asi que tranquilos: nadie nos está esperando.

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