Hace un par de meses hablaba por los stories de Instagram con las chicas de la comunidad sobre los primeros besos. Y leí como muchas se sentían mal porque para la edad que tenían todavía no les había pasado.
Me acordé tanto de mí porque yo de adolescente me obsesionaba con las primeras veces. A tal punto de que yo estaba loca porque me llegara mi primera menstruación. Hay que saber lo que molesta, lo que duele, lo incómodo que es tener la menstruación y ahí estaba yo, todas las noches orando para que me llegara.
Y sí, hay una primera vez para todo. Pero…
Parte de mí ansiaba vivir esa experiencia, pero también yo sé que hay otra parte que lo que tenía era miedo de que nunca le pasara. Yo siento que eso influye mucho en ese deseo incontrolable que tenemos de vivir algunas experiencias.
Después de la primera menstruación, era el primer beso, primer novio, primera vez manejando, primera vez teniendo relaciones, primera vez viajando sola, era un listado de nunca acabar. Y bueno, todavía sigue hoy en día ese listado.
Y yo les estoy hablando de las primeras veces, pero esto aplica con todas las categorías del checklist imaginario que tenemos en nuestra mente.
Así que tranquilx, bájale dos
No te apresures ni te cuestiones porque cosas que deberías de estar viviendo, aún no han pasado. Más allá del trabajo perfecto, la casa propia, el matrimonio ideal, los niños, etc. Detente a disfrutar del camino que recorres para llegar a eso que deseas.
¡Cónchole! Nos perdemos entre tantos bulletpoints y cuadritos por llenar que yo me pregunto:
¿Qué estás haciendo con este preciso momento más que esperar tu próxima primera vez?
Comunicadora social y creadora de contenido, pero antes que eso mujer y mucho antes, humana. Apasionada de los temas que les pasan a todos y todas pero que muchas veces pasan por desapercibido o simplemente no se tocan. Abogada de las quejas y sugerencias “and everything in between”.