“¿QUÉ ES LO QUE LE PASA?” “¿POR QUÉ ACTÚA ASÍ?” “¿QUÉ ES LO QUE QUIERE?” “¡NO LO ENTIENDO!”
Si no has vociferado frustradamente estas frases a tus hijos hay dos opciones: a) o eres la persona con más inteligencia emocional del mundo; b) o no tienes hijos.
Ser madre puede llegar a ser muy frustrante (y [OJO] no te puedo decir que hay una receta mágica o que esto cambiará de un momento a otro), pero un gran porcentaje de nuestras frustraciones en sus primeros años de vida, se deben a que no entendemos cómo funciona su cerebro. Y aunque entender un poco mejor cómo funciona esa pequeña materia gris en desarrollo puede brindarte una paz y un entendimiento mucho más claro de lo que tienes en manos, también hay otro porcentaje en controlar nuestros exabruptos que depende de la mentalidad que empleemos en nuestro día a día. Es por esto que el Dr. Álvaro Bilbao en “El cerebro del niño explicado a los padres” comienza con hacernos reflexionar sobre la belleza de la paternidad y cómo [independientemente de todo] debemos disfrutar el momento.

El libro tiene una extraña manera de hacerte sentir que, aunque te estén describiendo y explicando gráficamente cómo funciona el cerebro de un niño, sientas que te están explicando cómo funciona el tuyo también. Y quizás lo más impactante es entender cómo funcionan los refuerzos positivos y negativos en esos cuerpecitos que llamamos “mi amor” “chiqui” o “chichi”.
El cerebro del niño explicado a los padres
Cinco enseñanzas que me cambiaron la vida luego de leer este libro fueron las siguientes:
- Educa con empatía: ponte en el lugar de ese niño y las herramientas de vida que tiene. Esto suele ser difícil porque muchas veces no somos empáticos ni con nosotros mismos, entonces nos cuesta serlo con los demás.
- Crear conversaciones recíprocas: a veces las madres solemos interrogar mucho a los niños y buscamos averiguar cómo se sienten, pero raras veces les compartimos cómo nos sentimos. Hacer las conversaciones de dos vías nos ayuda a que ellos también empaticen con nosotros y la comunicación sea más efectiva y mejor recibida.
- “Que al final del día el número de comentarios positivos que has regalado a tus hijos supere con creces el número de órdenes, instrucciones o comentarios negativos” – si esto no es así, hay que reajustar.
- CN = (CPeN)2: “La confianza del niño es igual a la confianza que tienen los padres en el niño elevada al cuadrado” – esto quiere decir que nosotros tenemos el poder de determinar ese valor.
- El cerebro tiene tres partes: reptiliano, emocional y racional. Su desarrollo es progresivo y para cada etapa del desarrollo, tenemos estrategias y refuerzos distintos. Entender esta parte e interiorizarla tiene que haber sido el momento más trascendental en mi forma de lidiar los problemas frente a mis hijos.
Lo mejor de esta lectura es que es bien directa y te da muchos ejemplos. Puedes analizar situaciones concretas y posibilidades de reacciones para poder entender cuál es el efecto de tus acciones y palabras en la vida de tu hijo o hija.