La risa como herramienta de autocuidado

Seguro has escuchado la frase “la risa es la mejor medicina” y, aunque un poco trillada, no deja de ser cierta, siendo respaldada incluso científicamente. Más que ser una simple expresión de alegría, estudios han comprobado que la risa tiene múltiples beneficios para nuestra salud física y mental. Desde la reducción del dolor, hasta la estimulación de la creatividad, prevalece como un antídoto natural que promueve el bienestar en general.

Está comprobado que la risa:

• Reduce el estrés y la ansiedad. Al reírnos, nuestro cerebro libera endorfinas,
  conocidas como “la hormona de la felicidad”.
• Disminuye los conflictos. Acudir al humor en un momento de tensión sirve de
  intermediario en la resolución de roces interpersonales.
• Mejora el sistema inmunológico. Las reacciones corporales positivas sirven como un escudo que ayuda a prevenir enfermedades.
• Estimula el sistema cardiovascular. La risa tiene un efecto antiinflamatorio que proporciona protección a los músculos del corazón y mejora la circulación de la sangre.
• Aumenta la energía y el buen estado de ánimo.

Además, desde inicios de la civilización, la risa ha servido como herramienta
fundamental en la construcción de conexiones sociales, sirviendo como “icebreaker” en ambientes donde un momento de alegría puede convertirse en vínculos cercanos más saludables y duraderos. De igual manera, es una manifestación física que promueve la expresión de sentimientos positivos.

“No existe nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la risa y el
buen humor.”

-Charles Dickens.

A medida que crecemos, tendemos a encontrar cada vez menos motivos para sonreír, enfocándonos en las situaciones desfavorables que nos presenta la vida. Una buena carcajada es capaz de poner nuestras adversidades en perspectiva, y permite que reconsideremos la gravedad de los problemas que nos rodean.

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Debemos priorizar la alegría. Encontremos la risa en las cosas simples que
disfrutamos, como una buena película de comedia o una escapada con nuestros amigos más cercanos. Aprendamos a reírnos de nuestros propios problemas y la vida reirá con nosotros.