Leyendo Ahora
Cáncer de mama: entre el sueño y la realidad

Cáncer de mama: entre el sueño y la realidad

Avatar
Cáncer de mama

Por Patricia Crusset y Leandro Sánchez 

Edgar Fernández, cirujano oncólogo del Homs y el Instituto de Oncología Dr. Heriberto Pieter, recuerda el caso de una paciente: Había llegado a su consulta con tres biopsias positivas de Cáncer de mama. También estaba buscando una cuarta opinión, pero entre esos procesos ya había transcurrido un año desde su primer diagnóstico, y en lugar de un tratamiento conservador hubo que aplicarle uno más radical. Tras el diagnóstico, muchas pacientes atraviesan por depresión.

Cáncer de mama: entre el sueño y la realidad

“La noticia no es bien asimilada por ningún paciente. Es hasta cierto punto peligroso, porque puede desorientarse y buscar opciones que la conduzcan a un retraso en el tratamiento adecuado. Luego la enfermedad se hace sentir: poco apetito, cambios de peso y variaciones anatómicas en las mamas. Es entonces cuando decide aceptar la enfermedad, quizás ya en una etapa avanzada, y puede que en lugar de solo una cirugía tenga que recibir quimioterapia y radioterapia”, comenta Fernández.

Plan de acción

La Sociedad Americana contra el Cáncer ha establecido que toda mujer debe iniciar sus estudios mamográficos a partir de los 40 años de edad. Si se encuentra algún dato anormal se le da un seguimiento anual. Si todo está dentro de los parámetros, se hará cada dos años. Por debajo de esa edad el método diagnóstico es una sonografía.

Se estipula que para que una célula evolucione a cáncer pueden pasar hasta 10 años. Por eso, hay pelotitas que parecen haber surgido recientemente, pero para desarrollar en un cáncer ya tenían mucho tiempo.

En el mundo, alrededor de 1% de la carga de la enfermedad en las mujeres se vincula con el cáncer de mama, y varía de 3.2% en los países ricos a 0.4% en los pobres, de acuerdo a datos de Globocam.

En América Latina, los años de vida saludable (AVISA) perdidos debidos al cáncer de mama ascienden a 615.000, lo cual representa 1.4% del total de AVISA por todas las causas, y una tasa de 221 por 100.000 mujeres. De ese total, 91% corresponde a años perdidos por muerte prematura y 9% a años vividos con discapacidad. En contraste, en Estados Unidos y Canadá se pierden 673.000 AVISA (3% del total, y una tasa de 410 por 100 000 mujeres), pero un 71% se debe a muertes prematuras y un 29% a discapacidad.

Aunque la mayoría de los factores de riesgo identificados puede ser modificables, los retos para los sistemas de salud se concentran en actividades que permitan fortalecer la prevención primaria. Es decir, investigación y desarrollo de tecnologías y actividades de prevención secundaria y terciaria. La efectividad de la detección temprana y el tratamiento adecuado depende de la oportunidad con la que se aplican. De otra manera, los costos de la atención se incrementan en grado considerable, las ganancias en salud resultan mínimas y el esfuerzo desarrollado por el sistema es poco alentador.

Implantes: un costoso proceso

La cirugía en cáncer de mama va a depender de la etapa clínica en la que se diagnostique la enfermedad. Usualmente, cuando se le determina en etapa temprana, sobre todo, en los estadios I, II y, en algunos casos de etapa III, estos pacientes pueden optar por:

  • Una cirugía conservadora. Remover el área donde está el tumor, con un margen de piel sana, y hacer la estadificación de los ganglios de las axilas, “Lo que permite conservar la mama y no someterse a una cirugía de amputación radical”, aclara Fernández.

La cirugía es seguida de sesiones de radioterapia para asegurar el control local de la enfermedad. Pero hay pacientes que no califican, como cuando ya hay invasión en los ganglios, la piel o los músculos. Es entonces cuando entra en escena la mastectomía o amputación del seno.

Sin embargo, la mujer actual tiene muchas alternativas como la oncoplastía reconstructiva, que actualmente es parte del tratamiento integral del cáncer de mama. Casi el 100% tiene la oportunidad de reconstruirse los senos, luego de ser extirpados uno o ambos.

Al momento de trazar el tratamiento, el cirujano-oncólogo debe sugerir esta alternativa. “En República Dominicana no todas las mujeres tienen el deseo de reconstrucción. Entre los motivos están las condiciones económicas, porque la reconstrucción mamaria no está dentro de los procedimientos que cubren los seguros médicos, y en otros casos, porque la incluye varios tiempos de cirugía”, explica Edgar Fernández. El costo puede oscilar entre 2,500 dólares (honorarios médicos, cirujano, anestesiólogo e implantes), a lo que habría que sumarle los gastos de hospitalización.

Experiencias de vida: Cáncer de mama

Rossy Báez

Rossy Báez, 44 años. “Cada año que cumplo le doy gracias a Dios por un año más de vida”.

“A mí me diagnosticaron en el 2006, por una bolita que me detecté debajo de la axila, mientras me bañaba. Le comenté a una vecina quien me alertó para que fuera al médico. Tenía miedo pero fui. En la biopsia salió un tumor maligno de seno, fue un momento muy difícil. Tenía 34 años y era madre de tres varones. Lo primero que pensé fue en muerte”, cuenta Rossy, cuando recibió la noticia.

Recuerda que hubo momentos en los que se quedaba en cama y ni habría los ojos, ya que tuvo fuertes efectos de los tratamientos. El impacto de perder su larga cabellera negra se sumó a la depresión que ya tenía al ver cómo su cuerpo iba cambiando. Tiene grabada en su memoria el 8 de noviembre de 2006, la fecha en la que le amputaron los dos senos.

“Cuando me internaron para la cirugía sólo pensaba en que me estaban quitando una parte importante de mi cuerpo; al principio, cuando me miraba en el espejo me sentía muy mal”, recuerda. La fe y la ayuda de su esposo fueron claves para salir hacia adelante. Hace 10 años desde que padeció la enfermedad, y aunque fueron momentos muy fuertes, piensa que le sirvió de impulso para lograr ciertas metas en su vida. Ahora, forma parte del Voluntariado de la Liga Dominicana Contra el Cáncer.

Ver También

“Ahora no pienso en el futuro ni en el pasado, vivo el hoy porque no sé lo que pueda pasar mañana. Ya no me importa que me hayan quitado una parte de mi cuerpo. Se puede vivir así y se puede seguir adelante. Hay vida después del cáncer”, concluye.

Marianela Ortega, 48 años

A Marianela le cuesta recordar a cuántos médicos consultó y cuántas palabras utilizó para describir su dolor. Lo único que recuerda muy bien es que siempre volvía a casa sin recibir la atención ni el tratamiento adecuado. Ama de casa y madre de tres hijos, luchó por su vida en el Instituto de Oncología Dr. Heriberto Peter, hace aproximadamente 8 años.

Tardó más de tres años en encontrar una explicación para sus dolores y recibir la quimioterapia que necesitaba con urgencia. “Todo empezó con un bulto en la axila y una fiebre”, recuerda Marianela. “Fui hasta a un curandero que me recetó pomadas herbarias, y los médicos empezaron con antibióticos. Algunos incluso me dijeron que no se podía hacer nada para aliviar el dolor”, relata. Sólo más tarde una biopsia realizada reveló la causa. Su esposo trabajaba día y noche para poder pagar los medicamentos y dar de comer a sus hijos. Dada su poca solvencia económica aplicaron a un préstamo para cubrir todos los costos del tratamiento.

Casos como el de ella son frecuentes. Para miles de mujeres, las dificultades para acceder a una asistencia sanitaria de calidad significan que el cáncer sólo se detecta cuando ya es demasiado tarde. Algo alarmante si se toma en consideración de que cada año mueren de cáncer de mama cerca de medio millón de mujeres, y el 70% de estas muertes se registran en países de bajos y medianos ingresos, según datos de la Organización Mundial de la Salud.

Conciencia hacia el Cáncer de mama

Las campañas de concientización han tenido su efecto y cada día más las mujeres se acercan en busca de ayuda. “La única fórmula que hemos visto nos ha dado resultado es la detección temprana; sigue siendo la piedra angular de la lucha contra este cáncer”, Edgar E. Fernández, cirujano oncólogo.

Octubre ha sido designado como Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, que se celebra en todo el mundo como una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, OMS, con miras a  contribuir en el aumento de la atención y el apoyo prestados a su detección precoz, tratamiento y cuidados.

Factores de riesgo

Aunque el cáncer es una enfermedad tiene un componente genético, lo cierto es que hay muchos factores asociados al estilo de vida, como:

  • Menstruación a muy temprana edad, ya que los senos estarán expuestos al efecto de los estrógenos.
  • Menopausia tardía, regularmente luego de los 50 años.
  • Nunca haberse embarazado. Durante este período se disminuyen los estrógenos y aumentan las hormonas maternas (progesteronas). Y en la lactancia, la prolactina.
  • Un embarazo a término luego de los 30 años. Ya que aumenta el período de tiempo a la exposición de los estrógenos.
  • Sedentarismo. El Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés) recomienda hacer actividad física tres veces a la semana, por un período de dos horas, lo que disminuye en un 36% los riesgos de un cáncer de mama.
  •  Consumo de productos ricos en grasa, enlatados o con gran cantidad de persevantes.
  • Estrés
  •  Obesidad

© 2023 Pandora Todos los derechos reservados.
Términos y Condiciones - Políticas de Privacidad