Así como entre la década de los 80’s y los 90’s las marcas más populares como Chanel, Fendi, Versace, entre otras se volcaron al sobreuso de logos como referencia de status, existen otras marcas que nunca lo hicieron.
A esto se refiere el lujo silencio, a un lujo que no se hace obvio, sino que en su calidad y atemporalidad se aprecia por aquellos que tienen el conocimiento suficiente para notarlo.
Marcas que lideran este estilo como Loro Piana, Brunello Cuccinelli, Zegna, muy conocidas en el mercado europeo o The Row, la marca de las hermanas Olsen, se mantienen muy lejos de las tendencias y crean piezas con materiales de alta calidad lo cual provoca un universo atemporal alrededor de estas marcas.
Su esencia radica en el fit, los materiales, la sostenibilidad y su uso infinito como piezas que nunca pasarán de moda.
Otra razón de su gran notabilidad en los últimos tiempos, es la década de los 90s. Así como la estética Y2K donde el maximalismo es parte importante y la referencia del tiempo es muy evidente, también fue una década de minimalismo junto a marcas como Calvin Klein que evocan la esencia del lujo silencioso y aquel “yo no sé qué” que da la ilusión de tener estilo sin esfuerzo.
Uno de los iconos de aquel entonces, fue Carolyn Bassette, publicista de Calvin Klein y esposa de John F Kennedy Jr. Es un vívido ejemplo de cómo las estéticas de un grupo de personas puede convertirse en el sentimiento de una época y luego volver en 20 años en otro contexto.
La modelo e hija menor del cantante Lionel Richie se casó en abril con el empresario musical Elliot Grainge y ha sido declarada como una de las principales caras del lujo silencioso.
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