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Akari Endo como Xiao Mei

Akari Endo como Xiao Mei

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Coordinación Sarah Carrasco
Texto Nazaret Espinal
Fotografía Karla Sanabia
Manejo Digital Glennys Crisóstomo
Maquillaje Mónica Mendoza
Vestuario Michelle Cruz
Locación Jardín Botánico Nacional

“Los momentos de dolor son los que nos hacen ver la luz”. Enamorada de su familia y enemiga de la ignorancia. La sensibilidad es su mayor cualidad y “The Lion King”  su película y obra de teatro favorita.

Como periodista, sigo mucho mi intuición. Las primeras impresiones y palabras que intercambio con alguien que recién veo por vez primera, significan mucho para mí, sobre todo, cuando se trata de hacer entrevistas. Con Akari Endo Sepúlveda lo que sucedió fue de inmediato. Una conversación breve, y unos ojos “achinados” que transmiten una mirada dulce y llena de paz. Ha tenido que lidiar con situaciones muy duras, que pusieron a prueba su carrera y hasta su estabilidad emocional. Pero como ella misma lo afirma, es una guerrera. Por eso, esta joven promesa del arte escénico, que se desdobla incluso de su raza japonesa, para interpretar a una actriz china, no se conforma y mira hacia adelante. Tiene metas muy claras y está dispuesta a conseguirlas.

 

P Eres nuestro primer póster del año. ¿Cómo te visualizas en este 2015?  Primero que todo, me siento súper honrada en ser el primer póster del año. ¡Me sentí como toda una guerrera! ¡Gracias! Me visualizo en este 2015 con una gran sonrisa y paz interior. Haciendo lo que amo: actuar (en cine y teatro), creciendo y aprendiendo cada día más de quienes me rodean y las experiencias que Dios tenga guardadas para mí; Él sabe más que yo lo que me hace feliz.

P Es muy común que se confunda a los japoneses con los chinos y los coréanos, causando esto molestia entre unos y otros. Eres mitad japonesa, ¿te ha confundido? ¿Cómo lo manejas? ¡Uf! A cada rato me dicen “china”, pero para nada me molesta. Es más, durante toda la secundaria me decían “La china”. Incluso lo tenía bordado en los polo shirts de mi promoción.

P  En el filme La casa de las dagas voladoras, Mei, simula ser una bailarina ciega. ¿Cuál ha sido el papel más demandante que has tenido que asumir en tu carrera? El papel más demandante fue Elle Woods, en Legally Blonde, el musical. Este papel sólo salía de escena para cambiar de vestuario. Fue un reto a nivel físico, actoral y vocal. Eso sí… Valió la pena en un ciento por ciento. Por ese papel obtuve mi primera nominación como Mejor Actriz a los Premios Soberano 2014.

P ¿Tus aspiraciones siempre estuvieron ligadas al ámbito artístico? No siempre. Estuve en natación competitiva por varios años. Llegué a ser Selección Nacional, pero a los 14 años decidí retirarme y seguir mis aspiraciones artísticas.

P Siendo muy joven tuviste que enfrentar una condición de salud bucal que podía atentar contra tu carrera. ¿Cómo fue ese proceso y cómo lograste salir adelante? Fue un proceso doloroso y hermoso a la vez. Gracias a Dios, mi hermano y yo estuvimos rodeados de personas maravillosas que hicieron posible este tratamiento: mi familia, nuestro doctor Marcos Díaz, Amaury Sánchez, Yanira Ferry, Frank Ceara… todos nuestros amigos que trabajaron gratuitamente para realizar las actividades de recaudación y todas las personas que nos apoyaron con su asistencia y donaciones.

P En la vida real, esta actriz lleva una relación muy estrecha con su hermano. Sabemos, que de la misma manera, la tenías con el tuyo, Genji, con quien compartías incluso la misma pasión artística. Nos podrías contar cuáles son tus mejores recuerdos de él y cómo han sido para ti estos años sin su presencia. Los mejores recuerdos… ¡Wow!, son tantos que no sé por dónde empezar. Diría que cada vez que suena una salsa en una fiesta pienso en él. Era mi compañero de baile perfecto. Si Genji no iba a la fiesta, yo mejor me quedaba en casa. Otro de los recuerdos, es que me obligaba a recibir sus abrazos y besos a la mala. Especialmente si estaba molesta con él. Una vez me hizo comer unas galletas, que en vez de hacerlas con harina, ¡las hizo con cemento! Sí, eso pasó. ¡¿Cómo olvidar?! También la vez que tiró mi muñeca preferida al inodoro porque ella “se está bañando en la piscina” (me puse a llorar después de eso, claro). Son infinitos los momentos. No pasa un sólo día que no piense en él. La vida después de su muerte física ha sido una etapa de crecimiento continuo para mi alma. Estuve emocionalmente desbalanceada por mucho tiempo. Me perdí y no sabía qué camino tomar en mi vida. Pero, ¿cómo vemos la luz si no hay oscuridad? Pienso que los momentos de dolor, de oscuridad, son los que nos hacen ver la luz. Empecé a sentir su alma después de su muerte. Algo que nunca había experimentado. Con su partida pude comprobar que realmente la vida es sólo el principio de lo que nos espera.

P  En un momento de la trama de la película, Mei se ve en una encrucijada: continuar la misión para la que ha sido destinada o marcharse junto a la persona que ama. ¿Cuál ha sido la decisión más difícil que has tomado? Decidir seguir mi sueño como actriz. Cualquier cosa que decidamos hacer en grande conllevará sacrificios. Recuerdo momentos donde me pregunté si valía la pena continuar esta carrera que a veces me causaba tanto dolor. La respuesta siempre fue sí. Sólo imaginarme sin hacer lo que amo me causaba aún más dolor.

P  Mei, además de bailar, es muy diestra con las dagas o cuchillas. Fuera de la actuación, ¿qué otras pasiones o habilidades tienes? Una de mis grandes pasiones es estudiar el alma. Por otro lado, me encanta bailar, cantar, enseñar, aprender idiomas, tocar guitarra, hacer yoga, pintar, maquillar… Vivir nuevas experiencias y aprender.

P La casa de las dagas voladoras es un de filme de acción y romance. De hecho, está inspirado en un poema. ¿Qué géneros de películas son tus favoritos? Drama y comedia (en especial humor negro).

P ¿Has tenido que renunciar a algo que quieres por amor? Sí. Sin darme cuenta renuncié a mi autoestima y callé mi intuición. Luego supe que, obviamente, esto no era amor.

P ¿Con qué te sientes más identificada, con el cine o con el teatro? ¡Qué difícil! Amo el cine y amo el teatro por razones opuestas. Al teatro lo amo porque es como la vida: nada se repite, se vive el momento que nunca volverá. Por otro lado, el cine nos da la magia de mantener esos momentos por siempre. Hay días que amanezco diciendo “prefiero el teatro” y otros, “prefiero el cine”. ¡Así que no sé! (Risas).

P ¿Que actitudes y aptitudes necesita un actor o actriz para destacarse? Amor por el oficio, valentía, perseverancia, paciencia y fe. Educarse lo más que pueda y no temerle al trabajo. 

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